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Cuando te dedicas a sentir a la Vida tu mente descansa del ajetreado pensar y te cargas energéticamente. Si quieres probarlo pon en práctica el ejercicio que te recomiendo en este artículo
¿Sabes por qué muchas personas se sienten como estancadas, inseguras o fracasadas?
Porque han dejado de sentir a la Vida.
Saben que están vivas, pero no lo sienten.
¿Por qué?
Porque entre el saber una cosa y sentirla va un gran trecho.
Cuando dedicas toda tu atención a sentir a la Vida ocurren dos cosas maravillosas:
1-Tu mente descansa de la agitación del pensar.
2-Te sientes colmadamente vivo y lleno de energías.
¿Quieres probarlo?
Entonces `pon en práctica el ejercicio que te recomiendo en este artículo.
Pero antes de explicarte el ejercicio voy a comenzar haciéndote una pregunta:
¿Qué es la Vida?
Este tema es altamente controvertido y se han hecho muchos intentos para definirla, pero sin resultados.
Los biólogos, los químicos, los físicos; cada uno dice una cosa distinta; pero lo cierto es que no hay una definición acabada de eso que llamamos Vida.
Sin embargo, si vas a los libros de gran sapiencia donde se encuentra el saber innato te vas a encontrar con narraciones que te acercan a la comprensión de lo que es Vida.
¿Recuerdas el relato de Frankenstein, del científico que quería obtener vida insuflándole energía a una forma creada por él?
De igual manera la sabiduría humana te dice que la Vida es la unión de la forma (de eso que llamamos cuerpo-mente), con “algo”; que se la ha llamado, en diferentes culturas y con diferentes nombres: chi, ki, prana, espíritu, neuma, hálito, fuerza de vida, alma, sensación de Ser, de Existir, Eso, etc.
Se dice que cuando “Eso” (que en estos tiempos le podemos llamar “energía”), hace contacto con la forma; entonces surge la vida.
Ahora bien, ten presente que esa energía, esa Sensación de Ser no tiene atributos, ni identidad. Ella es común para todos y lo sostiene todo.
Llegado a este punto se puede formular la siguiente pregunta:
Para el sostén de la vida; de esos dos componentes: la forma y la Sensación de Existir, ¿cuál es el más importante?, ¿cuál es el que define la esencia de la Vida?
Pues claro que es esa energía, esa Sensación de Ser, de Existir.
De hecho, cuando uno muere la forma no se desintegra inmediatamente, pero esa Sensación de Ser, ese hilo que une a todos los elementos del cuerpo lo abandona y entonces ocurre lo que llamamos muerte.
Ahora hazte la siguiente pregunta:
En los años que tienes; ¿a qué le has dado más importancia y atención: a la forma o a sentir esa Sensación de Ser?
Es obvio, ¿verdad?
Nota lo que brillantemente expresó el gran pensador y poeta hindú R. Tagore al respecto:
“La misma corriente de vida que corre por mis venas, corre por el mundo y baila rítmicamente. Es la misma corriente de vida que aflora alegremente de las profundidades de la tierra en innumerables briznas de pasto y se abre en tumultuosas hojas y flores. Es la misma vida que, como balsa en el océano, fluye en el flujo y reflujo de la marea. Siento que mis extremidades se glorifican al contacto con este mundo de vida; y soy inmensamente feliz”.
¿Sientes tú permanentemente esa corriente de vida?
Lo más probable es que me respondas que NO.
¿Sabes quiénes son los únicos seres humanos que sienten permanentemente esa corriente de vida, que están enraizados en ella y que por eso son inmensamente felices?
Los niños.
Es por eso que cuando no sientes esa corriente de vida, cuando le das más importancia a tu forma que a sentir que eres Vida; hacen su aparición los miedos: miedo a la enfermedad, miedo a la vejez, miedo a la muerte, miedo a lo que le pueda acontecer a la forma.
Vives y realizas todas tus actividades con los miedos como telón de fondo y dejas de saborear lo que es vivir plenamente.
El músico y filosofo argentino Facundo Cabral lo expresó brillantemente en esta reflexión.
Sentir a la Vida es vivenciar una apacibilidad, un contentamiento y un estado de expansión que no es de este mundo
Https://www.youtube.com/watch?v=duA_MkONFPw
No creas que sentir a la Vida es experimentar una sensación de euforia y de éxtasis.
Todo lo contrario, es vivenciar una apacibilidad, un contentamiento y un estado de expansión que no es de este mundo.
Llegamos al punto de estar tan equivocados en la cuestión de sentir a la Vida que queremos hallar en las actividades que realizamos ese sabor de sentirte plenamente vivo, de Ser.
Y lo que tienes que comprender es que no precisas de esas actividades pues tienes libre acceso y en cualquier momento porque ya Eres.
Tampoco tienes que ir a la escuela, ni leer ningún tratado, ni tener conocimiento alguno para sentir que existes porque eso es intuitivo, no pertenece al terreno de la razón.
Como te prometí, voy a brindarte un ejercicio con ayuda del cual puedes volver a conectarte con esa “dimensión existencial”, detener un poco el parloteo mental y acceder a sentir la corriente de vida.
EL EJERCICIO.
Siéntate con las palmas de las manos sobre los muslos y vueltas hacia arriba.
Cierra los ojos y centra toda tu atención en la zona del pecho que se encuentra entre las dos axilas.
Centra toda tu conciencia en esa zona y siente esa zona como una vibración, o una pulsación.
Sabes que ahí está el corazón, pero no trates de visualizarlo, sino de sentir la sensación. Permanece ahí durante varios minutos sin apurarte.
Ahora deja que esa sensación de vibración o de pulsación recorra tus brazos y llegue hasta las palmas de tus manos.
Siente como una sensación de calor, u hormigueo, o incluso como si las manos latieran. Mantente ahí por varios minutos.
Después bien despacio deja que esa sensación recorra todo el cuerpo hasta abarcarlo completamente.
Cuando hayas alcanzado esta vivencia, siente como esa sensación se ha convertido en todo un campo unificado de energía, de vibraciones o pulsaciones.
No dividas al cuerpo y trates de sentirlo en determinadas zonas, por el contrario, trata de sentirlo como un todo único, sin divisiones.
Quédate en esa sensación de que eres total, de que eres un solo campo de energía sin forma; latiendo, vibrando y permanece intensamente consciente de ello el tiempo que quieras.
No te preocupes si tu mente consigue apartar tu atención y ocasionalmente te quedas perdido en algún pensamiento.
En cuanto te des cuenta de que eso ha ocurrido, reorienta tu atención otra vez a sentir la totalidad de ese campo de vida, y ahonda, profundiza, cada vez más en esa sensación.
Practica con sistematicidad este ejercicio.
Si así lo haces comenzarás a sentirte total no solo con los ojos cerrados, sino también abiertos y tomarás conciencia de que puedes vivir en esa expansión energética realizando todas tus actividades.
Para finalizar y como siempre te pido; déjame saber tus experiencias con relación a la práctica de este ejercicio y por favor, si crees que es de utilidad, no te canses de compartir esta información.
Para poner punto final, te relato un cuento:
Un alumno le pregunta a un sabio: “Maestro, ¿por qué usted siempre está dichoso?
El sabio le contesta: “Soy dichoso porque siento que este momento es el único momento que en realidad me pertenece, que el siguiente no es mío”.
El alumno le responde: “Pero eso es lógico, todo el mundo sabe que hay que aprovechar el momento presente porque es en realidad lo único que uno tiene”.
El sabio respondió: “He ahí precisamente la diferencia. Todo el mundo lo sabe, pero no todo el mundo lo siente. El secreto consiste no en saber que estás vivo, sino en sentir, a cada momento, que estás vivo”.
MUCHAS GRACIAS.