Es muy lógico que la sociedad repudie esta medida, que gusta en cierto modo al oficialismo, pero se pasan la pelota y las responsabilidades los unos de los otros porque ante la reacción de la gente y la demostración de los cacerolazos no saben que hacer y como seguir ante esta decisión tan contradictoria.

¿Pero, y los presos? 

¿Que esperaban de la sociedad? Justamente es con ella con quien esta en deuda. Los delincuentes no asaltan, violan o asesinan a jueces, ni tampoco políticos. 

El daño que hacen, lo hacen contra el ciudadano común, el kiosquiero, almacenero, empresario, trabajador o cualquier ciudadano que en el mínimo descuido recibe un balazo, aparte del robo, la amenaza a su familia y, aún mucho peor la muerte.

Ellos se amotinan, y piden porque tienen temor al coronavirus, del otro lado esta la gente, la que recibió el balazo, la que pidió piedad y no la escucharon. La gente que vivió hasta situaciones en que le pongan un arma en la cabeza a uno de sus hijos. Ancianos que fueron torturados con cables de electricidad.

¿Acaso el coronavirus sensibiliza y ahora los delincuentes son más buenos? ¿Les duele las cacerolas de la gente? Porque si existe alguien que debiera decidir en este complejo conflicto son precisamente los ciudadanos. 

En esto siquiera los de derechos humanos tienen autoridad para hacer lo que a ellos les parece, los delincuentes tienen un serio problema con la gente y eso viene desde hace muchos años.

Si dependen de la "solidaridad" de los ciudadanos realmente están en serios problemas, lo que debieran hacer es meditar bastante sobre sus conductas delictivas, su falta de códigos, comportamiento inhumano con sus victimas. Falta total de respeto por la vida de los otros, no así por la de ellos mismos porque bien que les preocupa el covi-19. 

Se ganaron un enemigo que hasta puede torcer el brazo de sus gobernantes, quizás de eso si debieran meditar bien. Y hasta debieran crear escuelas en las cárceles para enseñar como robar. Si, leyeron bien, la mayoría entran en una casa, destruyen vidas, se llevan hasta el perro. Disparan a matar sin haber siquiera robado, odian a la gente por el simple hecho de odiar. No tienen el mínimo respeto por nadie, solo creen que por empuñar un arma son poderosos y después piden clemencia.

Claro, son muy valientes ante una victima desarmada y desprevenida, tienen mucho coraje para disparar en la panza a un bebé por nacer, y enfrentar a una pobre mujer embarazada. Claro que debieran recibir clases de ética del robo y el asalto. Es mejor eso que prisión domiciliaria donde solo pueden meditar en donde encontrar a su víctima cuanto más desprotegida mejor.