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Sería muy raro que alguien que alguna vez ha contratado una cuenta corriente o una cuenta remunerada, o peor aún, si ha colocado dinero en depósitos, se pregunte ¿qué es la TAE? Trataremos de acercar qué conceptos ampara esta nomenclatura y cómo se utiliza en el mundo de los productos financieros.
En este sentido la TAE o Tasa Anual Equivalente se trata de uno de los elementos imprescindibles a la hora de poder comparar diferentes productos financieros sean de ahorro como de inversión o préstamo.
La TAE se compone de una fórmula matemática que acumula al tipo de interés nominal, sumado a las comisiones y el plazo de la operación, indistinto de si es para un préstamo o una inversión. En realidad, cuando contratamos cualquiera de esos productos conviene fijarnos más en el TAE que en el interés que ofrecen, porque es lo que servirá para determina su rentabilidad y los intereses que realmente cobran.
¿Cómo se calcula la TAE?
La fórmula para calcular la TAE es la siguiente:
La explicación de la fórmula sería la siguiente:
Tal como hemos mencionado en copiosas publicaciones, debemos tener en cuenta que el TAE será el principal indicador a la hora de comprar productos financieros y por eso las entidades están obligados a reflejarlo en los folletos de los mismos. Nunca confíe en un banco que no muestra la TAE de sus productos, porque de seguro que algo oculta, y nos llevaremos sorpresas de la realidad del tipo de interés nominal, o als comisiones o el plazo de la operación.
Consideraciones importantes sobre la TAE
De la mano del Banco de España se puede acceder a una herramienta que ayuda a calcular el TAE de un préstamo, aunque también hay otras calculadoras para esta tarea y para hipotecas y depósitos.
Siempre siga estas pautas para un uso correcto de la TAE: