¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Guardiana escriba una noticia?
Los insultos del Director Técnico de la Selección Argentina de Fútbol. Hablando de los ídolos de fango
Ayer nomás, hablaba sobre los ídolos de fango.
Allí, de pasada, mencionaba a uno de los que integran el podio de los nuestros, que es la comidilla periodística del momento.
Debo de reconocer, que no soy afecta a los deportes, ya lo saben, y el fútbol, tampoco es de la partida. Pueden considerarme medio friki, pero es así, que le vamos a hacer.
Por tal razón, del partido que se jugó, Argentina-Uruguay, sólo me preocupé en averiguar el resultado, no más.
Obviamente, ante lo dicho, es claro que las noticias deportivas no están entre mis prioridades. Pero hoy, leyendo los titulares del diario La Nación, llamó mi atención un artículo escrito por el ex-rector de la Universidad de Buenos Aires, Dr. Guillermo Jaim Etcheverry, “Groseras lecciones de violencia” -16/9/09-.
Allí, con muchísima más erudición y con un lenguaje académico, planteaba las mismas disquisiciones que abrumaban mi espíritu, pero esta vez, frente a un hecho concreto. Las desagradables expresiones vertidas por el Director Técnico de la Selección Argentina de Fútbol, cuando finalizó el evento.
Esto hizo que me interiorizara en el tema. Y confieso, nuevamente, otra vez más, el famoso ‘Diez’, logró despertar mi enojo y mi vergüenza.
Este hombre es irremediable y la culpa es nuestra. Si señores, absolutamente nuestra.
Esto hizo que me interiorizara en el tema. Y confieso, nuevamente, otra vez más, el famoso ‘Diez’, logró despertar mi enojo y mi vergüenza
Sus seguidores son devotos, que le perdonan todo, ¡TODO! Y esta mal, muy mal. No tiene justificación alguna para su accionar.
El Barba le otorgó un talento inigualable que lo elevó, sobre el resto de los mortales. Y ¿qué hizo él? Se montó en la soberbia. La vanidad es su capa. Y el orgullo, acompañado por el desprecio, es su escudo frente al mundo. ¡Encima le hemos dado impunidad!
No me vengan con que el entorno ni con que su adicción lo transforma en un enfermo digno de compasión.
¡No, de ningún modo!, yo puedo compadecer a los pibes de Constitución, Once, Retiro, que se drogan con pegamento, pero no a un tipo multimillonario, que cuenta con recursos para una rehabilitación, para EDUCARSE, para hacer beneficencia, para hacer el bien, para ¡¡¡AYUDAR A QUE ESTE MUNDO SEA MEJOR!!!!!
Insisto, este hombre no cambia más. Valga para ejemplo las dos fotos que acompañan esta nota, una muestra la rabia después de haber hecho un gol en un partido años atrás y la otra, es la tomada cuando hacía los polémicos insultos. Ambas reflejan la misma rabia.
Vaya Dios a saber cuales son los resentimientos que se anidan en su alma para destilar tanta amargura, pero eso no lo hace merecedor del perdón.
Millones de niños y jóvenes le admiran, le idolatran….a ellos es a los que debe pedirles su perdón.
Sus seguidores son devotos, que le perdonan todo, ¡TODO! Y esta mal, muy mal. No tiene justificación alguna para su accionar
Canchallena.com