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La justicia egipcia condenó el jueves a 15 años de cárcel a un policía, tras la muerte de una manifestante en enero durante un mitin para conmemorar el cuarto aniversario de la movilización popular que llevó a Hosni Mubarak a abandonar el poder en 2011.
Shaima al Sabbagh, una militante de 34 años de un partido laico de izquierdas, murió al recibir un tiro de perdigón durante enfrentamientos con la policía.
El ejército egipcio derrocó en julio de 2013 al presidente islamista Mohamed Mursi, primer jefe de Estado democráticamente elegido en Egipto. Posteriormente, Abdel Fatah al Sisi, exjefe del ejército, fue elegido presidente, y desde entonces, los partidarios de Mursi - aunque también los laicos e izquierdistas - sufren una violenta represión.
Sabbagh murió en El Cairo durante choques con la policía al final de una manifestación de un movimiento de izquierda, la víspera del cuarto aniversario de la revuelta de 2011 que derribó al presidente Mubarak, tras casi tres décadas en el poder.
Sabbagh, madre de un niño de 5 años, resultó herida por disparos de perdigones efectuados por la policía, cuando ésta dispersaba la manifestación convocada por la Alianza Popular Socialista.
Por su parte, la ONG de derechos humanos Human Rights Watch (HRW), que en su momento denunciara la muerte de 1.400 manifestantes proMursi y la detención de más de 40.000, opinó sobre los abusos de la policía egipcia y que algunos de sus miembros sean juzgados.
"Llevar ante la justicia a un policía de grado inferior es importante, pero esto no enmascara para nada la persecución implacable del gobierno a opositores pacíficos", indicó HRW en un comunicado.
"En el pasado, las condenas a policías eran anuladas en apelación, lo que significa que nadie ha sido considerado responsable por los asesinatos de manifestantes", precisa el comunicado.