La astucia forma parte del ingenio del ser humano, a veces nos encontramos con problemas que parece no tener solución, pero usando el ingenio y la astucia podemos resolver muchos problemas, es ridículo ser inflexible - pero lo somos, y la causa generalmente es la codicia, y la avaricia, la ambición desmedida que nos convierte en egoístas inflexibles, porque el egoísmo es así

Capítulo 16

1 Decía también a los discípulos: «Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes.

2 Lo llamó y le dijo: "¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto".

3 El administrador pensó entonces: "¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza.

El hombre comenzó a razonar, pero es tonto razonar cuando llegamos al límite, deberíamos hacerlo permanentemente porque, más vale prevenir que curar, o perder una parte y no todo.

4 ¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!".

Usando el ingenio y la astucia, el mal administrador encontró una solución, de manera que, no todo estaba perdido.

5 Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: "¿Cuánto debes a mi señor?".

6 "Veinte barriles de aceite", le respondió. El administrador le dijo: "Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez".

7 Después preguntó a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?". "Cuatrocientos quintales de trigo", le respondió. El administrador le dijo: "Toma tu recibo y anota trescientos".

8 Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en sus trato con lo demás que los hijos de la luz.

La habilidad primera, es ser flexible, con una tendencia a la caridad y misericordia para aquellas personas que por necesidad contraen deudas o se enferman de preocupaciones inútiles porque no utilizan el ingenio y la astucia.

Veo muchos cristianos que solo miran hacía arriba tratando agradar a Dios sin ver lo que sucede a nuestro alrededor, el **amaos los unos a los otros** - parece haber quedado en el olvido, nadie cede nada, nadie quiere perder ni un centavo, ni un segundo de su tiempo, vivimos como enemigos, y para colmo, nos gusta pertenecer a una cofradía, a un club, a una religión, o un partido político, y así, nos dejamos arrastrar por lo que dice o piensa otra persona, - anulamos nuestra propia capacidad de razonar o analizar lo que sucede y luego sacar nuestras propias conclusiones, es decir, juzgar las cosas por nosotros mismos.

Cuando cualquiera, sea quien sea, se somete voluntariamente a los razonamientos y decisiones de otras personas, está ofendiendo a Dios, ya que, Dios creo al hombre, con un par de ojos para ver, un par de oídos para escuchar, una boca para hablar y un cerebro para pensar y analizar y tomar decisiones libremente.

Cuando Jesús salia a enseñar, también curaba a los enfermos, a los paralíticos y ciegos, y a nadie reprochaba nada, aún sabiendo que eran pecadores, porque, Jesús quiere que cada uno razone por si mismo, porque si no lo hacen, jamás van a conocer a Dios, a Jesús al Espíritu Santo y a María la Madre de Jesús.