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Después de alcanzar 4 Champions League en 5 años, el conjunto blanco se cayó la temporada pasada de manera estrepitosa. Tras un comienzo más que dubitativo, el equipo de Chamartín parece más entonado pero ¿es suficiente para alcanzar sus objetivos?
Una temporada para olvidar, después de las tres ligas de campeones alzadas de forma consecutiva, no parece algo tan grave si lo miramos con perspectiva. Jugadores que habían perdido el hambre de títulos, cansancio físico tras el mundial, baja forma, entrenadores que no conectaron con algunos pesos pesados de la plantilla, ... fueron las "excusas" planteadas. Las ilusiones se renovaron con la llegada de Militao para el centro de la defensa, Mendy para el lateral izquierdo, Jovic como nueve y sobre todo Hazard para reforzar el ataque madridista. En todo caso, si algo despertaba la ilusión de los aficionados merengues era el regreso de Zinedine Zidane al banquillo.... pero el comienzo no fue ni mucho menos halagüeño. Desastres como el 7-3 ante el Atlético de Madrid en pretemporada, el 3-0 ante el PSG en Champions, o la igualada ante el Brujas en el Bernabeu que complicaban el pase a la siguiente fase en la competición fetiche del conjunto blanco, dejaban en entredicho el nuevo proyecto del Madrid.
Pero el tiempo ha sido el mejor juez, como suele pasar. El equipo ha ido encontrando una solidez inusitada (mejor estadística defensiva de los últimos 10 años) y su juego ha mejorado con el paso de los encuentros. Clasificado para los octavos de la Champions League, donde le esperará el Manchester City del viejo conocido Guardiola, segundo clasificado en la Liga a dos puntos del Barcelona, ahora parece que el Real es el máximo favorito a todo, cuando hace mes y medio nadie daba un duro por el club de Chamartín, pero ¿tiene fundamento esta ilusión?.
Desde mi punto de mi vista, la caída del equipo la temporada pasada fue inexplicable teniendo en cuenta el potencial de la plantilla. Zidane, un excelente gestor y mejor entrenador de lo que muchos consideran, ha conseguido recuperar para la causa a jugadores extraordinarios que han dado mucho al equipo y lo van a seguir haciendo. En el lateral izquierdo Marcelo ha marcado la pauta en los últimos 10 años en esa posición. Su participación es primordial, hoy en día ya que aunque se le acuse de no ser un defensa demasiado aplicado (nunca lo ha sido), lo que te da en campo ofensivo, no te lo da nadie en el planeta. Su recambio, Mendy, cumple pero no está para partidos de la máxima exigencia si hablamos de construir (en defensa es otra cuestión). La zona defensiva queda cubierta de manera notable con Carvajal, Ramos y Varane, titulares casi indiscutibles. El medio es, probablemente, la línea más completa. Al baluarte Casemiro, se ha sumado este año un jugador que no deja de sorprendernos con sus actuaciones, Valverde, que se está convirtiendo en un un fijo en los esquemas de Zizou. A ellos les sumamos la sobriedad de Kross, el talento de Modric, la magia de un Isco que está empezando a recuperar su verdadero nivel, y aún nos faltaría añadir la llegada del ahora lesionado Asensio, jugador que tiene mucho que dar todavía. En la parte de arriba tenemos a un Hazard que cuando empezaba a recordarnos al del Chelsea caía lesionado, a un Benzema que está de dulce, y a dos jugadores que de momento ni están ni se les espera: Bale y Jovic. Rodrigo y Vinicius cumplen pero no parece que estén todavía listos para las grandes noches. Y es aquí donde parece que puede tener un problema el Real Madrid. Después de perder 50 goles por temporada con la marcha de Cristiano Ronaldo, Karim se ha rebelado no ya como un excelente jugador con el balón en los pies, cosa que ya sabíamos, sino como un buen goleador. Pero claro, él solo no puede sacar la papeleta goleadora adelante. Bale parece perdido para la causa y su actitud desde luego no le ayuda. Frío como un témpano, después de 6 años en el Madrid, sin hablar ni papa de español no parece que se pueda esperar mucho de él. Jovic de momento no ha demostrado gran cosa, por lo que nos queda la aportación de Hazard en el plano goleador y las incorporaciones de los centrocampistas en los partidos donde se decida la temporada.
En resumen, hay motivos para la esperanza sobre todo por el cambio que se ha visto tanto en la implicación de los jugadores, como en la solidez y el juego del equipo, pero la dificultad para convertir en gol las ocasiones parecen un remora bastante importante, como se ha visto en los encuentros ante Valencia, Barcelona o Athletic. En todo caso, aficionados madridistas, la fé de este equipo ha sido inquebrantable a lo largo de la historia. Veremos si con eso le alcanza...