El siempre joven preguntó: ¿Por qué siempre repito la misma historia? ¿Cuál es el árbol que impide ver el bosque? ¿Cuáles los obstáculos a sortear?

Esas preguntas eran las mismas de años y años. Y el llanto, cargado de angustia, brotó desde lo más profundo de su pecho y recorrió, cual cataratas, torrentes de lágrimas sus mejillas, que sus manos no alcanzaban a secar.

Era la noche oscura del alma. Y un interrogante resonó en su mente que hizo estremecer todo su cuerpo. ¿Qué tengo que hacer mejor? y luego afirmó: "Se que existe una manera de hacerlo mejor". Y comenzo a sentir paz, libertad, armonía. Sintió que una luz incipiente brillaba y dejaba entrever un hilo conductor en la construcción de su historia, que le traslada hasta este presente.

"Se que existe una manera de hacerlo mejor". El hilo conductor que le traslada hasta este presente. Triunfa aquel que no se da por vencido!

Respiró profundo y dijo Gracias! Entendí!.

Hoy soy el resultado de las experiencias, conocimientos e información recibidas desde que nací. Y como hombre adulto decido sacar provecho del nuevo conocimiento, de la experiencia pasada y actual y de la nueva información que recibo día a día. Y en plenitud construir un nuevo mañana en la decisión de lo que hoy acepto creer, sentir y visualizar.

Quién triunfa es aquel que sortea cada obstáculos y no se da por vencido, ni aún vencido!