De las medidas que tome el gobierno central, se puede hablar mucho pero se reducen a tan poco y tan escandaloso como el uso de la fuerza y la aplicación estricta de la leyes.

Todo ello acompañado con la salida a la calle de las hordas bárbaras de esa extrema derecha acampada en las afueras de las sedes del Partido Popular y jaleadas desde Ciudadanos.

El gobierno del Partido Popular no está dispuesto a que la avería ocasionada por los nacionalista se quede sin castigo ejemplar, sin escarnio público y cobro de prenda.

Las cloacas del Estado ya están dispuestas para facilitar esa venganza que permita servir en bandeja de plata las cabezas de los separatistas ante sus votantes.

Mientras tanto, la izquierda socialdemócrata a pesar de haberse vestido de blanco no puede ocultar su división entre blancos y negros.

Los negros del PSOE asustados cual pingüinos frente a la Orca, se entregan en brazos del Partido Popular escondidos tras las cañas afiladas de la legalidad y el compromiso del régimen del 78 que hace aguas por todas partes desde los tiempos del 15M.

Los banderas blancas, dignos herederos de aquellos que conocimos en los años 70 en Cataluña (y que las actuales generaciones desconocen) tal como entonces, piden papas y recogen velas, no vaya a ser que se rompan los mástiles.

Esto lleva a preguntarse: ¿Está la izquierda intrínsecamente acobardada?

La mejor imagen para responder a esta pregunta, es la Alcaldesa de Barcelona Ada Colau, en su constante deshojar la Margarita.

Lo que lleva inmediatamente a otra pregunta: ¿Tiene claro la izquierda, lo que quiere para el Estado español?

Los únicos que lo tienen claro son los beneficiarios del régimen del 78: Felipe González, Alfonso Guerra, Bono, etc. y sus monaguillos Félix Azúa, Xavier Vidal-Floch o José Ignacio Torreblanca.

Cataluña no tiene otra salida

En cuanto al resto de las nacionalidades, señalar las tímidas manifestaciones de solidaridad en puntos de Galicia, Castilla y Canarias por parte de los nacionalistas.

Tampoco hay que olvidar que Euskadi vive el proceso catalán como un experimento de laboratorio que puede estallar por los aires y prefiere mantenerse a distancia prudencial, lo mismo que están haciendo los países de la Unión Europea.

Los resultados de la proclamación de la República de Cataluña no los veremos hasta iniciado el año 2018, con la llegada de la primavera se verán los resultados.

No nos olvidemos que esto tiene mucho de campesino y de burgués, hay que esperar a que germine la semilla de la República de Cataluña.

Si no crece con vigor, no dará flor ni fruto.

La Moncloa ha reclutado a los mejores intoxicadores expertos en cultivar malas hierbas para que no germine, a pesar de las muchas sugerencias para la aplicación de otros sistemas.

Los negros de la socialdemocracia por su parte hacen uso de herbicidas modificados genéticamente para confundir a la vegetación.

El caso es que no haya flor de la República catalana.

No se leyeron a Walt Whitman cuando pedía “Dejad que crezca el trigo en las fronteras”

Lo suyo es sacar toda cuanta empresa puedan de Cataluña y después incendiar sus campos y sus bosques y sus montañas, para ejecutar la venganza del que se sabe perdedor, a pesar de la victoria de su ejército y la imposición de sus leyes.

El régimen del 78 hace tiempo que perdió su legitimidad, tan solo le sobreviven sus caducas leyes.

Se llega tarde a donde nunca se ha querido poner otra cosa que no sea el odio a los catalanes.

@ordosgonzalo

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