Esta no era la primera novela que leía de Sebastián Fitzek, como ya os comenté en mi anterior post, la primera fue: "Terapia", la cual me encanto. Si bien el estilo de este escritor me recordó al de John Katzenbach, el suyo se me hizo más ligero.

Noah, que es la novela que nos ocupa, es una historia mucho más elaborada a la par extensa. En ella se nota que el autor ha madurado y se atreve con una trama mucho más compleja, con la intriga muy bien dosificada, administrada en forma de cortes y saltos de capítulos en los momentos álgidos. El protagonista, Noah, es un vagabundo amnésico con un tatuaje de su propio nombre en la palma de la mano. Despierta después de que le hayan disparado y Oscar, otro vagabundo (el secundario "graciosillo" es quien le cuida y vela por él durante casi toda la historia.

A la vez, el mundo padece la mayor pandemia de la historia de la humanidad y ésta llega en forma de gripe (la gripe de Manila) y todo empieza a irse al traste poco a poco. Noah, que no recuerda nada, tiene partes del puzzle en su cabeza que pueden poner fin a la pandemia. Paralelamente, alguien desea acabar con él, e intenta impedir que alcance la verdad. Como ya he dicho, la extensión del libro es considerable, sin embargo la lectura no se hace pesada en ningún momento.

Los tintes macro conspirativos basados en datos reales y las reflexiones moralistas que nos traslada al autor resultan interesantes y no sobran. Lo que también es cierto, es que se nota que el libro se ha extendido un poquitín porque sí, para pesar más y poder cobrar 20 € por él. Sin embargo, insisto, es una novela muy bien llevada y agradable de leer. No aburre, engancha y la recomiendo 100%. No obstante si tenéis que empezar por alguna otra novela de este autor no recomiendo que lo hagáis en esta.