El arzobispo de Rio, ciudad que recibe los Juegos Olímpicos 2016, fue víctima de un robo a mano armada de su vehículo la noche del domingo cuando regresaba de una misa en la zona norte, la segunda agresión que padece en menos de un año.

"Cuatro bandidos fuertemente armados interceptaron el vehículo" en el que se hallaban el arzobipo Orani Tempesta, su chofer y una pareja de italianos, debajo de una conexión de la autopista de Quintinho, en la zona norte de la ciudad, indicó un comunicado del arzobispado el lunes.

Los delincuentes se llevaron el coche con el chofer y todos los efectos personales de los ocupantes. Liberaron al chofer unos metros más adelante pero se fueron con el auto.

"A pesar del miedo, nadie quedó herido y todos están bien", subraya el comunicado.

La policía indicó a la AFP el lunes que "una investigación está en curso" y que "el chofer del cardenal fue interrogado pero no ha sido capaz de describir a los agresores".

En septiembre Tempesta ya había sido agredido en Santa Teresa, cerca del centro de la ciudad, por tres criminales armados que le robaron anillo, cadena de oro, crucifijo, lapicera y teléfono. A bordo, se hallaban el chofer, un seminarista y un fotógrafo, cuyo material también fue robado, al igual que la sotana del seminarista.

A último momento, cuando reconocieron al arzobispo, descartaron robarle el auto, recuerda la prensa este lunes.

Con el Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, el gobierno de Rio de Janeiro desplegó desde 2008 38 Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en 264 favelas en las que viven más de 1, 5 millones de personas, pero la violencia sigue siendo un problema.

Tras una serie de agresiones en las calles de Rio, una de las cuales mortal, a un año de los Juegos, los diputados de la Asamblea Nacional aprobaron en junio una ley que prohíbe el porte de arma blanca so pena de multa.