¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Hipólito Sinache escriba una noticia?
“Ignoran que la multitud no odia, odian las minorías, porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor.” Arturo Jauretche
Seres oscuros pueblan estos días como siempre ha sido,
aquel egoísmo y este de hoy es sin embargo el mismo,
no lo mejora ni lo atenúa el tiempo, por el contrario, lo confirma
y lo transita como parte distintiva de lo humano.
Ellos tienen un techo sobre sus cabezas pero se quejan.
Tienen comida en sus mesas cada día pero se quejan
Tienen dinero pero siempre les resulta poco y se quejan
Tienen obra social, escuelas privadas, vacaciones; pero se quejan
Tienen ropa y calefacción en el invierno pero se quejan
Tienen playa en el verano, entretenimiento, automóvil; pero se quejan
Tienen posibilidades, proyectos, futuro, recursos; pero se quejan
No saben lo que es dormir en la calle, no tener agua caliente, no tener baño,
no tener comida, no tener futuro para sus hijos, ser invisibles; pero se quejan.
Están molestos, patalean, se sacuden, insultan, se degradan, se enagenan, despotrican, se exacerban, explotan, ensucian, menosprecian… y se quejan.
Dueños de una alegría siempre pobre, porque es la alegría de tener y no saber, de no alcanzar, de ahogarse al tragar, de saber que las monedas resbalan entre los huesos porque los esqueletos no tienen bolsillos.
Reyes de un reino incendiado, de un poder minúsculo, escuálido, de un territorio acotado a los límites de su egoísmo.
Creen que acarician pero arañan,
creen que besan pero muerden,
creen que sueñan pero deliran,
creen que vuelven y se están yendo,
creen que explican pero simplemente gritan,
creen que son muchos y están cada vez más sólos,
creen que creen pero se engañan.
No tienen las manos limpias ni las cuentas claras pero se quejan.
No se dan cuenta que el tiempo pasa, la vida es breve, la memoria pesa, la historia recuerda, las heridas sangran, los hijos miran, la patria espera, y los miserables se disuelven, estérilmente, sin haber aprendido nada y sin haber hecho otra cosa que entorpecer los pasos de quienes quieren avanzar.