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Lo normal es que se de entre los dos y medio y los siete años. Las manifestaciones del complejo. Cómo actuar con los hijos. Las consecuencias en el adulto.Un conflicto pendiente
CUANDO NO SE SUPERA EL COMPLEJO DE EDIPO
El complejo de Edipo es una etapa normal en el desarrollo afectivo de un niño y el término actualmente se aplica para ambos sexos.
Se da Entre los dos y medio y los siete años, presentándose con el rechazo inconsciente y normal hacia los padres del mismo sexo, debido a una proyección amorosa sobre el progenitor del sexo opuesto. Esta etapa se resuelve naturalmente con la identificación progresiva con el padre (si se trata de un niño) o la madre (si es una niña).
Las manifestaciones
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- Entre los tres y los cinco años, al no conseguir nada con sus maniobras inconscientes de seducción y no poder expresar con palabras lo que siente, el niño/a tiende a reprimir su contrariedad, expresándose con enfados y pesadillas.
· A los cinco o seis años, las niñas quieren actuar como su madre y los niños se contentan con imitar al padre y compartir con él sus actividades.
Cómo actuar
Los hijos requieren una atención constante por parte de los padres, actitudes firmes pero sin herir sus sentimientos, adivirtiéndoles que no alimenten fantasías.
La autoridad del padre debe poner límite al deseo del niño; a la niña le sirve para que entienda que no podrá tener con él la misma relación que sostiene con su madre.
El miembro de la pareja contra el cual el hijo muestra momentáneamente su agresividad, debe proceder como si no pasara nada.
Las consecuencias en el adulto
Para Freud, el complejo de Edipo mal resuelto durante el desarrollo del niño, sería el principio de la inmensa mayoría de los trastornos psíquicos de los hombres.
Sin embargo, este complejo parece que no sólo existe en familias nucleares (en las que el padre, la madre y los hijos viven bajo el mismo techo), sino también en otras formas familiares (monoparentales, homoparentales). El defecto de una figura paterna puede hacer que el niño se identifique con su madre y, por lo tanto, en algunos casos puede conllevar que se sienta atraído por personas de su mismo sexo.
Algunos jóvenes con más de 30 años siguen sufriendo el complejo de Edipo. Hay incluso quienes llegan a ser adultos mayores sin resolver esa etapa en su vida.
El proceso edípico, cuando se sigue padeciendo a la edad de 18, 30 o más años, es consecuencia de necesidades emocionales no resueltas satisfactoriamente en la infancia o en la adolescencia.
De acuerdo con las etapas de desarrollo de la personalidad, un niño siente la necesidad de enamorarse profundamente de la más linda que, desde su visión, es su mamá.
Esto origina un sentimiento de ambivalencia en el infante, porque si se enamora de la mamá está compitiendo con el papá. El representante de la figura paterna se vuelve su enemigo y eso le puede ocasionar miedo y otros conflictos.
Si los padres no explican a sus hijos que esa relación no es posible, los niños crecerán con esa fantasía, e inconscientemente, ya como jóvenes adultos, seguirán buscando a la pareja perfecta, o a la mamá.
Conflicto pendienteQuien no supera el complejo construirá relaciones de pareja fallidas.
Triangula, es decir, que le saca la novia o el novio a un amigo(a), se enamora de imposibles, o trata de rescatar al ser amado. Así se comportan tanto hombres como mujeres, solteros o casados.
Busca relacionarse sentimentalmente con personas mayores y va de una pareja a otra, entablando una cadena de relaciones, aunque sin encontrar a una persona con quien sentirse pleno.
Es incapaz de unir la sexualidad con el amor y la ternura. Le es imposible ser amante y cónyuge al mismo tiempo y por eso acostumbra añadir a un tercero en la relación.
El primer paso es que la persona reconozca y tome conciencia de que tiene un problema. Y después, es conveniente acudir a un psicólogo o sicoterapeuta para resolver este conflicto que muchas veces evita que las personas encuentren pareja.
Fuente:: Universidad Iberoamericana e Instituto Prekop Distrito Federal, México