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Tarde para volver 19

22/11/2009 09:20 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Continua el capitulo 8

-No lo sé hijo, es un conocido de tu papá y mío- le había dicho Sophie casi sin aliento -probablemente se ha golpeado y le duele algo-.

Joey, como hubiera hecho cualquier niño de su edad, quiso imitar lo que sus padres le hacían a él cuando se golpeaba. Se acercó a Alex y le besó la mano.

Alex sintió que nuevamente todo giraba a su alrededor.

Trató de respirar profundamente para no volver a desmayarse.

Su cerebro necesitaba oxígeno. Hizo varias inspiraciones profundas.

Se sintió mejor aunque todavía sin fuerzas.

Levantó su brazo y apoyó su mano sobre la cabeza de Joey

No podía creer que había perdido a su hijo POR NADA?

Que había vivido creyéndose un fugitivo POR NADA?

Y aunque ahora su vida sentimental estaba completa, también sintió que había perdido a Sophie POR NADA.

Alex respiró profundamente, repetidas veces.

Movió su mano sobre la cabeza de su hijo revolviéndole sus cabellos castaños como los de él. Ya no lloraba. -Gracias por el beso, me ha hecho mucho bien-.

Joey le dijo a la mamá que estaba muy contento porque con su beso, el señor había dejado de llorar.

Alex volvió a sentir que las lágrimas querían volver a brotar de sus ojos al oír a su hijo, pero con gran esfuerzo pudo contenerlas.

-Eres un niño muy dulce- le dijo -Es verdad, tu beso calmó mi dolor. Gracias por dármelo-.

-Puedo darle otro si quiere- le dijo inocentemente Joey

-Por supuesto que quiero. Puedo abrazarte, Joey?- le preguntó sintiendo que un nudo en la garganta le dificultaba articular las palabras.

Él asintió con un movimiento de cabeza.

Alzó a su hijo en brazos y lo apretó fuertemente dándole un beso en la mejilla.

Joey le respondió con otro beso en la mejilla, tal como le había prometido.- Estás mejor ahora- le preguntó- ya no te duele verdad?-

Sintió su calor y lo sintió SU HIJO.

Lo abrazó y besó nuevamente. No quería separarse de él.

A Pete no le gustó la escena.

Al igual que el día anterior sintió miedo, mucho miedo de perder a su hijo, así que le dijo a Sophie que era hora de irse. Casi le arrebató a Joey de los brazos. Tan brusco fue su movimiento.

Alex no quería soltarlo. No quería dejarlo ir. Era su hijo y no el de Pete.

Sophie intervino entonces diciéndole -Alex, debemos marcharnos, sabes que nos hemos salido de lo que habíamos acordado. No empeoremos la situación, por favor. Joey es muy pequeño. Ninguno de nosotros queremos que sufra, verdad?-

Alex comprendiendo la realidad, asintió sin ganas.

Lo que menos quería en el mundo en ese momento, era hacerle daño a su hijo. Pero tampoco quería separarse de él.

Los vió sin volver la vista atrás.

Volvió a desplomarse en el banco. No tenía fuerzas para caminar.

Él había creído que lo que había pasado esa noche en que ocurrieron los hechos había sido lo peor que pudiera ocurrirle en la vida.

Ahora sabía que eso no era nada comparado con esta pérdida.

Intentó ordenar sus ideas. Trató de calmarse, pero no pudo.

Llamó a su padre por teléfono pero estaba trabajando.

Quería que alguien viniera a buscarlo. Sentía que no iba a poder caminar solo hasta donde había dejado aparcado el coche, aunque fueran unos pocos metros.

No sabía cuanto tiempo permaneció sentado en el parque.

El viento había aumentado y tenía frío, mucho frío.

Aunque en realidad no sabía si lo que sentía era frío en el cuerpo o era frío en el alma.

Por fin se levantó lentamente.

Comprobó que sus piernas podían sostener su cuerpo.

Se dirigió a su coche. Permaneció sentado frente al volante durante un tiempo. Todavía no se sentía con muchas fuerzas y temía ponerse a manejar.

Cuando llegó a su casa, no había nadie. Buscó una botella de whiskey y se tiró sobre el diván.

Al volver del trabajo sus padres lo encontraron tirado sobre el sofa del living.

Tenía la vista fija en el techo. En el suelo había una botella vacía.

Ni se movió de su posición ignorando la presencia de sus padres.

Cleve monto en cólera.

Es que su hijo jamás dejaría de mostrar ese aspecto lamentable!? pensó.

No le gustaba verlo borracho. A ningún padre le debe gustar, suponía, pero a él específicamente le recordaba esa noche maldita.

Kelly supuso que el encuentro con Joey había sido demasiado fuerte para su hijo y que por eso se encontraba en esa situación. Casi todas las madres tienden a encontrar una explicación para la conducta de sus hijos en lugar de culparlos, cuando lo encuentran en una situación que no les gusta.

Se acercó a él y le preguntó dulcemente.

-Cómo te ha ido en el parque?-

Alex soltó una carcajada. Kelly lo miró asombrada.

-Que cómo me ha ido, mamá?- y exclamó con sorna -Fantástico. Realmente fantástico. No hay otra palabra que lo explique con más precisión. No van a creer lo que voy a contarles. Mejor siéntense al lado mío-.

Cuando Alex les explicó lo que había investigado Pete, sus padres se pusieron contentísimos.

No podían entender porque su hijo estaba en ese estado de desolación. Por fin podría volver a Inglaterra sin temor.

Pero -¿qué le pasa a mi hijo?- se dijo para sus adentros, Cleve.

-En lugar de estar festejando está en ese estado de desesperanza. Parece como si hubiera recibido la peor noticia del mundo-.

Cuando se lo preguntó, Alex volvió a soltar una carcajada. Era una carcajada mezcla de rabia, de sorna, de tristeza y de desesperación.

-Así que no sabes lo que me pasa? Ni siquiera puedes suponer lo que me pasa?-

-No.- le contestó Cleve. No puedo-.

-Pero es que no te das cuenta papá que he perdido a mi hijo, a mi vida, a mi amor de adolescente, POR NADA-.

-Cómo que has perdido todo, por nada? No te entiendo-.

-Papá- le preguntó Alex asombrado. -Has escuchado mi relato? Todo mi relato?-

-Por supuesto que lo escuché. Muy atentamente. No creo haberme perdido una palabra-.

-No hubo cargos en mi contra, papá!. No hubo cargos! Jamás existió una denuncia contra mi.-

-Y eso te pone de mal humor? -le pregunto Cleve sin entender a su hijo.

-Lo que me pone de mal humor es haber hecho lo que hicimos. Haber huido esa noche sin averiguar primero todo lo concerniente al accidente- replicó Alex.

-Ahora, soy yo quién te pregunta si le has prestado atención a lo que te ha contado Pete- le dijo Cleve.

-Por supuesto que lo hice- respondió Alex con furia. Es que su padre lo estaba cargando?

-Entonces, reacciona y piensa. Cuánto crees que hubieras durado en el interrogatorio sin incriminarte? Tenías 18 años, Alex, por el amor de Dios! -le dijo su padre exasperado.-Sabes lo que es la presión policial, cuando quieren que declares algo? Tienes idea por lo que hemos pasado tu madre y yo, cuando nos interrogaron? Sólo la reacción inteligentísima de tu madre nos sacó del atolladero. Probablemente si hubieran seguido con ese tenor, hubiéramos terminado confesando y hubiéramos sido culpables de encubrimiento-.

Tomo aire y mas tranquilo comentó -Sabes cómo nos presionaron a ambos con que podíamos ir a la cárcel por eso? No tienes la menor idea de lo difícil que es mantener una mentira en esas condiciones. Teníamos todo ensayado, palabra por palabra. Lo decíamos de memoria. Supongo que la policía lo habría notado y por eso insistían tanto. Pero no nos movimos en ningún momento de nuestra posición-.

Alex estaba comenzando a entender las palabras de su padre.

-Tendrías que haber visto a tu madre actuando! Te puedo asegurar que cualquier actriz le hubiera tenido envidia. Tu hermano también se había aprendido el libreto. Por suerte a él, no le preguntaron nada, porque tampoco estoy seguro si hubiera salido ileso. Era demasiado pequeño entonces-.

-No, Alex, no tienes la menor idea lo que es mentir en una situación semejante y tratar de conseguir que tu mentira sea creíble- le repitió su padre recuperando su furia. -Me quieres explicar como hubieras inventado tu libreto si no teníamos la más mínima idea de los datos de los que disponía la policía?-

Alex se tranquilizó.

Toda la rabia que había acumulado contra su padre desde que lo había escuchado a Pete y que hizo que lo culpara interiormente por actuar tan intempestivamente aquella noche, desapareció.

Su padre tenía razón.

Con 18 años, sintiéndose tan culpable por los hechos como se sentía, y, sin tener la menor idea de los datos de los que disponía la policía, no hubiera tardado en decir que había sido él el que había atropellado a aquella persona, y seguro que hubiera dicho que lo había hecho porque estaba borracho, aún sin que nadie le preguntara nada.

Pese a que estaba ebrio tenía su mente lo suficientemente despierta como para comprender claramente toda la situación.

-Y que vas a hacer ahora- le preguntó su madre. -Volverás a vivir en Inglaterra?-.

Alex pensó en Mabel y en su vida en los últimos años en España.

No quería enfrentarse a sus antiguos amigos ni vecinos para contar una mentira de su vida en una secta en la que nunca había estado.

Y claro, tampoco les iba a contar la verdad como lo había hecho con Kelly y Pete.

-No mamá- le respondió casi sin dudarlo- Mi vida esta ahora en España. Mabel es una muchacha latina, con alma muy pero muy latina. No comparte las costumbres inglesas. En alguna oportunidad le he preguntado si le gustaría vivir en Inglaterra y, aunque jamás ha estado aquí, me contestó con mucha seguridad que no. Ella piensa que somos demasiados fríos, demasiados estrictos, sumamente estructurados. Está acostumbrada a un estilo completamente diferente y aunque España no es lo mismo que Uruguay, se parece bastante-.

Definitivamente, - concluyó- no volveré. No por el momento al menos.-

Sus padres se entristecieron,

Siempre habían esperado que algún día su hijo volviera.

Pero comprendieron los sentimientos de Alex y no les quedaba otra opción que respetarlos.

Él ya era todo un hombre pese a sus 23 años. Todo lo vivido lo había hecho madurar mucho.

-Y que pasará con nosotros y Joey? - preguntó Kelly. -Somos sus abuelos-.

-Lo sé, mamá, pero no sé que papel podrían jugar ustedes aunque, supongo, - dijo cavilando- que a un niño nunca le sobra un par de abuelos extras-.

Y agregó mas convencido -La situación de ustedes es completamente diferente a la mía. Tendrán que hablar con Kelly y Pete. Yo no voy a hacer nada por el momento para modificar la estructura de esa familia, así que no esperen que pida un ADN para confirmar mi paternidad. Tendrán que ver ustedes que solución encuentran.-

Alex se sentía sin fuerzas -Lo siento mucho, pero estoy demasiado confundido y demasiado cansado para pensar en eso. Por lo menos no puedo hacerlo hoy. De todas maneras, la decisión definitiva está en mano de sus padres actuales-.

-Creo que voy a preparar mis maletas y volverme a España- dijo Alex resueltamente.

-Por que quieres irte tan pronto?- le preguntó su madre. -Mabel está en Uruguay. Qué apuro tienes por volver?-

-No quiero ver a nadie aquí, en Inglaterra. No quiero dar explicaciones falsas. Basta de mentiras para mí! En España no tengo que explicarle nada a nadie excepto a Mabel, y eso voy a hacerlo apenas la vea. Luego comenzaré a vivir una vida sin mentiras. Y espero cumplir esto siempre-.

Se dirigió al ordenador para comprar su billete de avión.

Había un vuelo para el día siguiente después del mediodía, así que lo compró.

Hubiera querido quedarse un poco más con sus padres y hermano, pero se sentía agotado como para seguir enfrentándose a esa situación.


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