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Federico Herrero, recuerda su puesta en escena de la obra "El desatino" en el Teatro Escuela Central, de la autora Griselda Gambaro, en versión de Pier Heller
Federico Herrero, recuerda su puesta en escena de la obra "El desatino" en el Teatro Escuela Central, de la autora Griselda Gambaro, en versión de Pier Heller.
Nos cuenta Federico Herrero: Gambaro es una autora de gran importancia dentro del contexto social y cultural de su época, tanto dentro del panorama teatral como narrativo.
Griselda Gambaro nació en 1928 de provincia de Buenos Aires.es una autora de una novela, obras teatrales, cuentos y novelas para niños y textos periodísticos.
Comenzó con la narrativa y pronto la alternó con la dramaturgia.
Federico Herrero opina qué el teatro de Griselda Gambaro tiene una doble vertiente: debe ser válido como literatura dramática y, a la vez, como hipótesis teatral.
El escenario impone reglas bastante rigurosas. Por ejemplo conocer los tiempos, porque una representación teatral tiene un tiempo determinado y un espacio preciso. El texto va a tener cuerpos y voces, un lenguaje fónico y mímico. Una de las condiciones básicas para escribir dramaturgia es saber visualizar la corporeidad de ese fenómeno que produce la escritura dramática. El autor es todos los personajes a los que mira moverse en el escenario y tiene todos los tonos de las voces de esos personajes.
A grandes rasgos, la obra de Gambaro esquiva el realismo para criticar la docilidad del ser humano, para expresar la imposibilidad de comunicación y la dependencia de los débiles hacia sus propios opresores.
Las piezas de Griselda Gambaro están construidas desde el conflicto dramático que genera una situación de crisis; en el momento en que los personajes se muestran ante el espectador, atraviesan una situación límite cuyo proceso de resolución, positivo o negativo (a favor de la víctima o a favor del victimario), va a tener lugar ante nuestros ojos. En este proceso, los personajes se encuentran con unos antagonistas que anulan o intentan impedir el deseo de realización personal de los otros; representan la incomprensión frente a una nueva forma de entender el mundo. Sus personajes, generalmente perdedores y débiles por naturaleza, se ven ante la dura dicotomía de elegir entre seguir dejándose dominar o rebelarse; de ahí la dureza y valentía de sus decisiones, que contrastan con la debilidad de su condición y que genera una lucha continua contra lo que los domina y los convierte en víctimas.
Se trata de obras construidas desde una mirada personal, que impregna todas sus piezas y que condiciona la recepción del público, ya que los personajes han pasado en un primer momento por el prisma de la autora, que desde tal punto los mira y los muestra al espectador.
En el desarrollo dramático tiene gran importancia la palabra, por presencia o por ausencia; es un elemento que Gambaro considera fundamental para el teatro.
Se trata de un lenguaje actual, adecuado a cada uno de los personajes, coloquial y plagado de modismos y frases hechas, adecuado también a la realidad cultural del público al que se enfrenta, el argentino. De ahí la decantación por el uso del voseo y algunas expresiones tomadas directamente del lunfardo. Gambaro utiliza diálogos precisos y densos que a veces se apoyan en un juego lingüístico establecido entre los personajes y destinado a ocultar o declarar la verdad, dependiendo de las necesidades de cada obra. Se trata de un lenguaje que en muchos casos, se revela como incapaz para el entendimiento entre opresores y oprimidos, entre vencedores y vencidos. De ahí que la palabra no sea el único protagonista de sus textos, sino que también cuenten de manera muy importante los silencios y los gritos, que en muchos personajes se revelan como el único arma de que dispone el débil, la víctima, para enfrentarse al opresor, al victimario. Muchas de sus obras acabarán con el grito desgarrador de sus protagonistas, gritos que acaban convirtiéndose en un alarido, un aullido que animaliza a sus personajes para mostrar la fuerza de los condenados al silencio.
Gambaro al igual que otros autores de teatro, entre ellos: Pier Heller, practica un "teatro ético", donde la preocupación por la condición humana (la justicia, la dignidad, el perdón) es planteada no a través de interrogaciones abstractas sino de las relaciones humanas. En sus textos, los vínculos tradicionales de la sociedad (familia, amigos, patrones) engendran humillaciones, odios y rencores, pero también hay lugar para la esperanza.
Nos cuenta Federico Herrero: Gambaro es una autora de gran importancia dentro del contexto social y cultural de su época
En 2005 pronunció el discurso inaugural de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Fue la primera vez que la Feria (en ese momento en su trigésima primera edición) fue inaugurada por una mujer.
Se citan a continuación algunos de los títulos de Gambaro:"Madrigal en ciudad". Narrativa.
"El Desatino". Historias cortas.
"Una felicidad con menos pena". Novela.
"Nada que ver con otra historia". Novela.
"La cola mágica". Historias infantiles.
"Conversaciones con chicos. Sobre la sociedad, los padres, los afectos, la cultura"."Ganarse la muerte". Novela.
"Dios no nos quiere contentos".
"Lo impenetrable". Novela.
"Teatro 1". Volumen que incluye las obras "Real envido", "La malasangre" y "Del sol naciente".
"Teatro 2". Colección de teatro: "Dar la vuelta", "Información para extranjeros", "Puesta en claro" y "Sucede lo que pasa".
"Teatro 3". "Viaje de invierno", "Nosferatu", "Cuatro ejercicios para actrices", "Acuerdo para cambiar de casa", "Sólo un aspecto", "La gracia", "El miedo", "El nombre", "El viaje a Bahía Blanca", "El despojamiento"
"Teatro 4". "Las paredes", "El desatino", "Los siameses", "El campo" y "Nada que ver".
"Teatro 5". "Efectos personales", "Desafiar al destino", "Morgan" and "Penas sin importancia".
"Teatro 6". "Atando cabos", "La casa sin sosiego", "Es necesario entender un poco".
"Después del día de fiesta". Novela.
En 1970 estrenó Nada que ver. Sólo un aspecto (1971), Dar la vuelta (1972-73), Información para extranjeros (1973), Puesta en claro(1974), Sucede lo que pasa (1975), Real Envido (1980), La Malasangre (1981) o Del sol naciente (1984).
Griselda Gambaro participó en el movimiento de Teatro Abierto, al cual definió como: una idea del dramaturgo argentino Osvaldo Dragún, autor ente otras obras de "Al Violador" y "Como Pancho por San Telmo" que junto con otros creadores y gente de teatro decidieron hacer una serie de veinte obras de veinte autores diferentes.
En Teatro Abierto, Gambaro estrena su obra Decir Sí. Con el regreso de la democracia, el grupo de Teatro Abierto se divide, y a partir de 1983, las obras de Gambaro se centran en el tema de la dictadura, de las cuales destacan Antígona furiosa y Atando cabos.