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Se trata de una adaptación del montaje exhibido el 2006 en Luna Park de Buenos Aires. Comienza el 15 de septiembre
Hay un año clave para el florecimiento de la lírica en nuestro país: 1979. El director artístico del Teatro Municipal, Jorge Dahm, invitó a dos reputados artistas del Teatro Colón de Argentina, el escenógrafo Roberto Oswald y el vestuarista Anibal Lápiz, para que montaran la ópera Turandot, de Giacomo Puccini.
No fue fácil. "Los talleres de vestuario eran un desastre. Había buena voluntad pero poco recurso. Recuerdo haber pintado algunos trajes de Turandot con plumones. Finalmente, todo fue un éxito", recuerda Lápiz. El montaje inició una época de esplendor de la ópera que se conserva hasta hoy.
A 30 años de esa primera vez, los argentinos estrenan una nueva producción de Turandot, el próximo 15 de septiembre, en el Teatro Municipal. Se trata de una adaptación del montaje que exhibieron en 2006 en el Teatro Luna Park, de Buenos Aires, que logró gran éxito de público: "Fueron ocho funciones de 8 mil espectadores cada una. Se logró que la ópera llegara a más personas. Todo el mundo la vio", cuenta Lápiz, quien ganó el premio ACE, de los periodistas, a Mejor Vestuario por la pieza.
En Chile, la obra seguirá los mismos parámetros de la versión en el Luna Park, pero la escenografía se hará de nuevo. "Los trajes han sido teñidos artesanalmente. Algunos pesan 16 kilos, rellenos por dentro con goma pluma, lo que les da, por fuera, un aspecto poderoso", dice el vestuarista que, junto a Oswald, montó en Chile El buque fantasma y Parsifal, ambas de Wagner.
Se trata de una adaptación del montaje exhibido el 2006 en Luna Park de Buenos Aires. Comienza el 15 de septiembre
Venganza y ternura
Turandot es el punto cúlmine de la carrera de Puccini, quien murió sin poder completarla, dos años antes de su estreno en 1926, en la Scala de Milán. El pianista italiano Franco Alfano terminó la pieza, inspirada en cuentos orientales que narran la historia de la princesa Turandot (la soprano Susan Neves), quien para no casarse con el joven héroe Calaf (el tenor Piero Giuliacci) deberá descubrir su verdadero nombre: si lo logra, Calaf morirá. Frente a Turandot está Liu (Olga Mykytenko), joven enamorada del héroe. "Puccini fue un gran seguidor del alma femenina y en esa época estaba muy de moda las teorías freudianas. Por un lado está Turandot, una mujer vengativa, y por otro Liu, que es todo ternura. En términos psicológicos, esta obra es muy interesante", cuenta Oswald, a cargo de la escenografía, iluminación y regié.
La Orquesta Filarmónica será dirigida por Jan Latham-Koenig y se dividirá en tres actos, con diferentes escenarios. "El primero es muy impresionista y recuerda a los pasajes de las óperas de Debussy y Ravel; el segundo será ostentoso, con elementos dorados, como el gong, banderas chinas y los guerreros de terracota; y el tercero será minimalista", agrega Oswald.
En el segundo acto aparecerá Turandot, y Lápiz adelanta que será algo impactante: "Quería que se viera una mujer fría y distante, por eso la vestí de negro y plata ante una corte llena de rojos, dorados y verdes. Todo el concepto de esta obra está en el color".