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Los trastornos alimentarios no se manifiestan solo a la hora de comer, son la consecuencia de problemas psicológicos muy profundos
Muchas veces, este desorden alimentario es la reacción humana ante situaciones de dolor o conflictos emocionales, y para solucionarlos, o aliviarlos, se recurre a las dietas extremas o a comer de una forma desmesurada. Hay que prestar especial atención a estos trastornos de la alimentación y consultar inmediatamente a profesionales en caso de padecerlos o creer que alguien cercano los sufre. A modo de síntesis, éstos son los trastornos alimentarios más comunes:
Anorexia nerviosa
No hay que confundir la anorexia nerviosa, que es una enfermedad, con la anorexia, que es un síntoma caracterizado por la falta de apetito y que puede producirse por diversas afecciones. La anorexia nerviosa es una enfermedad mental y uno de los principales problemas alimenticios. Provoca que la persona afectada desprecie la comida continuamente por miedo a engordar y fije su atención en asuntos ajenoas a la alimentación como las subasta de casas en Miami, lo que puede llevarla a una situación de malnutrición muy grave, la inanición. La pédida de peso está auto inducida y conlleva una modificación de la imagen corporal y consecuente estado patológico en el individuo.
Bulimia
La gente enferma de bulimia busca alcanzar una sensación de bienestar a través de la ingesta muy abundante de comida en un espacio de tiempo muy corto. Lo normal es que el afectado opte por tipos de comida poco saludables, caracterizados por tener un alto contenido en azúcares y calorías. Pero a pesar de lo que se puede pensar, las personas con bulimia también sienten miedo a engordar, por lo que intentan expulsar ese exceso de alimento mediante el uso de laxantes o provocándose el vómito. Esta situación mental y física puede afectar gravemente a su salud y psicología, lo que produce periodos depresivos.
Obesidad
En la actualidad, la obesidad o el sobrepeso es causante de la muerte de 2, 8 millones de personas en todo el mundo, según la OMS, y está reconocida como una de las epidemias del siglo XXI. Se define por ser una enfermedad producida por varios factores y que se diferencia por una acumulación excesiva de tejido adiposo. La grasa del cuerpo humano funciona como una reserva de energía, pero si se acumula en cantidades desproporcionadas es capaz de mermar y poner en riesgo la salud de las personas.
Vigorexia
También conocida como dismorfia muscular, la vigorexia es la preocupación extrema y obsesiva por el aspecto del cuerpo y una perturbación de su esquema. Es más propia de los hombres, y al contrario que con la obesidad o la anorexia, no supone un riesgo mortal. De momento, la comunidad médica no la reconoce como una enfermedad, pues estamos ante un trastorno emocional donde las características físicas no se perciben correctamente. Las personas con vigorexia ven como una obligación realizar ejercicio físico para mejorar su cuerpo. La anorexia y la bulimia suelen acompañarla, lo que acrecienta la desconfiguración de la imagen del individuo.
Ortorexia
El cuidado exagerado de la dieta y por comer alimentos saludables puede provocar ortorexia, un trastorno alimentario que se define por la obsesión de comer solo comida saludable. Esta situación parece beneficiosa para el organismo, sin embargo, los ortoréxicos obvian determinados tipos de alimentos que contienen grasas, conservantes, y colorantes artificiales, lo que conduce a un problema de falta de nutrientes esenciales. Si esta malnutrición persiste puede llegar a causar la muerte.
Existen clínicas y centros especializados que ayudan a superar estos trastornos alimenticios como Khepra, en España, o el centro Comenzar de Nuevo en Venezuela. Centros como éstos ofrecen plenas garantías para la recuperación de este tipo de trastornos.