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Después de la ofensiva que se ha organizado desde diversos frentes, el político y el mediático son los más importantes, contra el gobierno, parte de la oposición – Ciudadanos y PP – acogotan al ejecutivo de Pedro Sánchez para que no culmine la legislatura
La situación en la cual se encuentra el gobierno de Pedro Sánchez es todo menos buena: a la obligada dimisión de dos ministros – Maxim Huerta y Carmen Montón -, los partidos que auparon a Sánchez a la presidencia del gobierno, un día sí y otro también, se dedican a amenazar al ejecutivo socialista diciéndole que le retiran el apoyo de sus diputados.
Ahora, además, el peligro se extrema, con las grabaciones que han sido filtradas, y en las cuales se puede escuchar una conversación entre la actual ministra de justicia, Dolores Delgado, y el excomisario Villarejo.
Una conversación en la sobremesa
Las grabaciones, de audio, al menos no se conocen otras por el momento, se produce en una distendida conversación, tras una comida, entre el excomisario Villarejo, la actual ministra y el juez Baltasar Garzón.
La grabación está datada en el 2009, cuando Delgado era fiscal en la Audiencia Nacional, y todavía no tenía la relevancia política que tiene en estos momentos.
De hecho, el servicio de prensa del Ministerio de Justicia «salió al quite», negando que esa conversación se hubiese producido, aunque poco después tuvo que admitir que una de las voces que se pueden escuchar en la grabación es la de actual ministra.
Pedro Sánchez respalda a la ministra
La difusión de las grabaciones ha cogido al presidente del gobierno «a volapié», y además de viaje de estado en Norteamérica y Canadá, pero ha reaccionado rápidamente en cuanto ha puesto un pie de Nueva York.
Allí, ha convocado a la prensa y no ha dudado en asegurar que su intención es gobernar hasta la finalización de la legislatura, e ir a elecciones en el 2020.
La opinión de Sánchez no es unánime en el PSOE, ya que hay dirigentes, que bajo la promesa de no citar sus nombres, preferirían ir ya a unas elecciones generales, en las cuales, así lo refrendan los últimos estudios demoscópicos del CIS, el Partido Socialista Obrero Español tendría «viento de cola» para lograr hacerse con La Moncloa.
Aumenta la presión sobre el gobierno
El ejecutivo está ahora acorralado por la noticia de que las grabaciones de audio corresponden a la actual ministra de Justicia, Dolores Delgado; pero eso no es todo.
El medio, de recientísima creación, que está alojado en un sitio web bajo el nombre de mocloa.com, también ha aireado otros «trapos sucios» que afectan a la judicatura, como los audios que pretenden probar que jueces y fiscales de la Audiencia Nacional participaron, en Cartagena de Indias, de fiestas en las cuales había presentes menores.
El resto de las fuerzas políticas piden la dimisión de la ministra
La información que está apareciendo en moncloa.com, además de servir de «munición» para que PP y Ciudadanos aticen al gobierno pidiendo la cabeza de Dolores Delgado, también ha servido para que Unidos Podemos tome postura.
La formación que dirige Pablo Iglesias Turrión, ha exigido la dimisión inminente de la ministra bajo la justificación que un miembro del gobierno no debería mantener conversaciones con un policía, se refiere al excomisario Villarejo, bien conocido porque casi toda su carrera profesional se ha desarrollado en la «cloacas» del Estado.
PP: ofensiva por aire, mar y tierra
El Partido Popular, está aprovechando cualquier circunstancia, y esta es muy jugosa, para «segar la hierba bajo los pies» al ejecutivo de Pedro Sánchez, estándole produciendo este caso una gran cantidad de «carnaza» que no va a dejar de aprovechar.
Por el momento, el partido del que es presidente Pablo Casado, ya ha logrado que el Senado haya reprobado a la ministra; la pieza ha sido fácil de cobrar debido a que tiene mayoría en la cámara alta.
La belicosidad de Ciudadanos y Partido Popular, contrastan con la postura de otras formaciones políticas, cuyos diputados son cruciales para que Pedro Sánchez pueda agotar la legislatura
Podemos
Pero quizás el ataque más demoledor haya sido el protagonizado por Pablo Iglesias Turrión, líder Podemos, y que hasta ahora parecía que era el «chaleco salvavidas» de Pedro Sánchez.
El profesor universitario de la Facultad de Ciencias Políticas de la Complutense, no ha dudado en calificar como «personaje de cloaca» al excomisario Villarejo, y ha advertido que cualquier persona, en referencia directa a Dolores Delgado, que tenga relación con personajes de esa ralea, no debiera tener cabida en la vida pública.
Iglesias, preguntado por la prensa, dijo que todavía no había tenido tiempo de hablar del affaire Delgado con el presidente del gobierno, que se encuentra en Nueva York para participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La repobación, una medida solo de carácter simbólico
El Partido Popular, aprovechando su mayoría aplastante en el Senado, ha aprovechado esa mayoría para desencadenar una medida, la reprobración de la ministra, que es solo de carácter simbólico, ya que no obliga a nada al gobierno.
Pero los «populares» han sido lo suficientemente ladinos como para no auxiliarse del reciente escándalo para mostrar su malestar a Delgado.
No, han utilizado como «ariete» la falta de cobertura legal, que en su opinión, ha sufrido el juez Llarena, el magistrado del Tribunal Supremo que dirige la causa contra los políticos catalanes acusados de sedición y de otro tipo de delitos.
Convocatoria de elecciones generales, la «pieza a cobrar» por el PP
La polémica de las grabaciones de la actual ministra de Justicia con el excomisario Villarejo no es sino, un capítulo más del «culebrón» para lograr que Pedro Sánchez no agote la legislatura y convoque elecciones lo más pronto posible.
En la conversación que ha precipitado el escándalo, entre otras lindezas, la que entonces era fiscal de la Audiencia Nacional, no duda en llamar «maricón» al actual ministro de Interior Fernando Grande – Marlaska.
Compromís y PDeCAT, «balones de oxígeno»
La belicosidad de Ciudadanos y Partido Popular, contrastan con la postura de otras formaciones políticas, cuyos diputados son cruciales para que Pedro Sánchez pueda agotar la legislatura, como es el caso de Compromís y de PDeCAT.
En el primer caso, Joan Baldoví, el portavoz de Compromís en la Carrera de San Jerónimo, considera «indecente» que se quiera hacer dimitir a una ministra por una conversación de carácter privado.
En el caso de la sucesora de la extinta CiU, su portavoz en el Congreso, Carles Campuzano, se ha mostrado sorprendido por el cariz de la conversación, pero ha asegurado que su grupo parlamentario no «le va a hacer juego» a Villarejo en su pulso contra el Estado.
El gobierno respalda a la ministra
Mientras que Pedro Sánchez, ha actuado a modo de «bombero» desde Nueva York, dando el respaldo del consejo de ministras a su compañera, desde el PSOE también se ha dado un espaldarazo a la ministra.
El «número dos» del PSOE, el Secretario de Organización José Luis Ábalos, ha explicado que no hay motivo para que la ministra dimita, y ha denunciado la «cacería» a la que está siendo sometido del Partido Socialista Obrero Español por parte de Ciudadanos y del Partido Popular.
La situación en la cual se encuentra el gobierno de Pedro Sánchez es todo menos buena: a la obligada dimisión de dos ministros, los partidos que auparon a Sánchez a la presidencia del gobierno se dedi