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....No me queda nada ... dejare que me robes las noches y el reloj...
En las lúgubres calles grises de la helada ciudad te conocí,
hace ya tal vez 1070 días, no lo sé en realidad, siempre fui tan malo para los números
y mi memoria se deteriora con los días.
Me atracaste y te robaste mi atención –En un primer momento-
. Yo quise robarte 3 minutos de tu tiempo, incrédulo, tartamudeando, diciendo –
Hola- y alejándonos.
Yo no solía prometer nada. Tan solo te vi una vez y no pretendía
encontrarte en mi andar alguna otra vez. Como Se ‘puede ver, yo le robo las ilusiones a
los románticos: No creo en ese tipo de las flechas el pañal. Pero…. Me robaste los días siguientes
ese principio. Sí. Apareciste al otro día y desde ahí 1000 otros más y
contando.
Me robaste mi espacio y yo me empecé a robar el tuyo. Me
robe esas miradas tan profundas tuyas donde reflejas tu alma, llena de locura,
de temores, angustias y errores que dentro de tanta imperfección tuya me
pareces hasta hoy tan perfecta.
Te robaste los motivos que tenia y los cambiaste por tu
figura en la sombra un tanto oscura pero con aquel brillo peculiar. Te robaste
mi seriedad y amargura por un calvario que me dejo marcas en las rodillas de
tanto caer. Te robaste ese pasado cruel y hurtaste la idea de volver a caer. Lo
cambiaste todo por un siempre luchar y por ti un millón de locuras efectuar.
Atraque tus principios. Te robe la idea de encontrar en mí o
en otro (-Seria mi total fin si fuera en otro-) aquel príncipe azul de los cuentos,
de los comerciales, de las que se conforman. Te borre esa idea aunque en la
desnudez de la sinceridad… no crees en esa clase de utopías.
No me queda nada. Dejare que me robes las noches y el reloj
con tus letras intrigantes, tu aroma, tu esencia, tu vitalidad de niña y tu pensamiento
maduro de mujer completa.
Te robare el televisor, la radio, el teléfono y las
distracciones. Te robare hasta la música por que al final mi existir tiene solo
aquel motivo de darte arte, escribirte, cantarte hasta dormir.
Nuestro contrato es a término fijo. Tanto crimen es eterno
mientras dura.
No te robo el olvido, porque quizá mañana no estés y borres
todo este camino y te queden aquellas peleas y formas en que yo no encajo
contigo.