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Por qué es necesario ajustar el lenguaje al momento societal presente
El cansancio que me produce el uso continuo del término "patriarcado" en el ámbito género como lanzadera de conflicto, es notable. Su reduccionismo englobando distintos aspectos que tienden al uso cómodo repetido sin sustancia ni materia que lo avale en fondo ni superficie, repetido hasta la saciedad por voces autorizadas o no, comienza a saturar.
El patriarcado como concepto mal usado desvirtúa la realidad, está carcomido y es inválido en lo pretendido, si bien cierto cuando se utiliza circunscrito y con conocimiento de causa, no como insulto o ataque.
Opino que es otro concepto el que sí debiera propagarse, debatirse, mencionarse: el KIRIARCADO.
El por qué no está tan presente en el ámbito de los derechos intergénero obedece bien al desconocimiento del mismo, bien a una conveniente focalización en un punto de vista rivalista, negativo, dual y tergiversado -por tanto interesado, demarcativo y separatista- que sólo contribuye a generar desconcierto, odio y sinrazón.
El patriarcado como concepto mal usado desvirtúa la realidad, está carcomido y es inválido en lo pretendido
No me gusta lo que se está divulgando ni en qué está derivando la lucha por los derechos de la mujer desde el punto de vista del uso de los conceptos, ideas o términos.
El KIRIARCADO deja obsoleto al PATRIARCADO precisamente en ese sentido. Ajusta la situación, la redefine abarcando la horizontalidad en cuanto a la opresión y no sólo la verticalidad de poder, abarca todas aquellas situaciones en las que un individuo puede ser objeto de daño. Desde el punto de vista de los derechos de la mujer no la victimiza porque víctima se es por hecho, no por definición, y porque la victimización adulterada actual tal cual se promulga no ayuda, está malversada, no puede contribuir más que a la confusión. No nos convierte en santas ni mártires sino en eje fundamental de la sociedad junto a otros muchos igualmente necesarios, no transforma al hombre en enemigo porque no lo es. La radicalización del término desde ciertos sectores conduce a ello, inexplicablemente.
Incluso en su formación etimológica, el KIRIARCADO sitúa, actualiza, revisa, moderniza, incluye y enfatiza.
Todo cambio necesita un ajuste. Seguir usando (mal) a todas horas términos oblicuos como el de "patriarcado" puede que no cause un gran daño, pero tampoco consigue mucho más allá que un movimiento fisiológico con excesiva salivación y, en algunos casos, poca codificación neurológica a tal fin.