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En los países del primer mundo, hemos visto imágenes de como para salvar a un animal realizan un gran operativo, en esta nota, veran que por la indiferencia de las personas puestas para eso, debimos recurrir a un cartonero para salvar a un perro
Vivo en Benavidez, ciudad de Tigre, frente a mi casa hay un arroyo que generalmente tiene muy poca agua, vi en estos días que deambulaba por ese arroyo un perro medio grande y medio viejo, pensé que no podría salir debido a que el arroyo tiene paredes de ambos lados y aunque en las juntas de los bloques de cemento crece pasto y algunos animales trepan por él para salir, supuse que este viejo animal debido al peso y a su edad no lo podría hacer.
Me olvidé del tema pensando que ya alguien lo iba a sacar, pero el día de ayer salí a comprar a un almacén y ya era de noche, cuando vuelvo a casa escucho debajo del puente un aullido como pidiendo ayuda, me asomé y era el perro, hay, hay, hay, ¿Y ahora que hago? me pregunté, fuí a mi casa y le bajé un poco de comida, pensando que tal vez eso le daría fuerza para intentar salir por sus medios.
Pero en seguida recordé que para el otro día estaba anunciado lluvia, y cuando llueve el arroyo se llena, mientras tanto el animal estaba recostado en una zona seca debajo del puente, así que recurrí a Internet para saber si había lluvias. Bien busqué y encontré que estaba anunciado buen tiempo; así que pensé: " Si aguanta esta noche, mañana lo sacamos"
Pero parece ser que no busqué como corresponde en Internet, porque a eso de la madrugada me despertaron los truenos y empesó a llover, Dios mío me dije, y comencé a pedirle a Dios que por favor no llueva.
Parece que me escuchó por que aguantó sin llover hasta la mañana, así que me levanté y fui a ver si estaba allí, y allí estaba, durmiendo muy sorondo sin imaginar que arriba se avecinaba la tormenta.
Me desesperé, porque cuando llueve el arroyo arrastra todo hasta el delta del Tigre, llamé un vecino que ama mucho a los animales y ya eramos dos, pero no podíamos bajar porque no tenemos una buena escalera y el hombre es mayor y yo por ahí ando.
¿Que hacer? Llamamos a los bomberos, pero además lo hago por intermedio del delegado de la municipalidad que es conocido mío, para que nos den un poco más de atención.
Vinieron los bomberos, pero sin escalera, sin elementos y lo peor, sin ganas de hacer absolutamente nada, ni siquiera con la ayuda nuestra que estábamos para colaborar, dijeron que no podían y que no les correspondían a ellos.
Así que llamé nuevamente al delegado de Benavidez, yo había interrumpido todas mis tareas para ese entonces, eran como las nueve de la mañana, la tormenta encima y el perro allí. Me dijo que iban a llamar a zoonosis pero que tardarían un poco porque venían de Tigre.
Bueno, si es así me quedo tranquilo, dije; pero al rato se largaba a llover y el tiempo se acortaba así que tome coraje, traje una vieja escalera, me puse unos botines y decidí bajar yo mismo a rescatarlo, cuando bajo la escalera y no termino de atarla a la baranda del arroyo, vemos que pasan dos cartoneros en un carro, y dijimos: "Les damos unos pesos si nos ayudan a sacar a este animal del arroyo"
Realmente la pericia de este hombre deja a cualquier bombero con la boca abierta, bajo, lo acarició, le puso una soga al cuello, le ató la boca a modo de bozal para que no muerda y yo fui a buscar el celular para filmarlo con intención de enviarlo después a un canal de noticias.
Cuando regresé ya estaba con el perro pasándolo por la baranda fuera del arroyo, con ayuda de otro vecino que se sumó, realmente un ejemplo. El perro, dió unas vueltas, lo acariciamos para que viera que éramos amigos, comenzó a corretear y luego se fue, quizá en busca de su querencia, mientras el cielo comenzó a descargar sus furias.
Me pregunto: ¿Porque no somos del primer mundo no nos dan pelota? ¿Somos los malos, los locos porque queremos salvar a un animal? Si no lo ves... bueno; pero si lo ves, ¿Como dejarlo allí? Ese arroyo, El Claro, cuando llueve, aún llenandosé por la mitad arrastra todo con una fuerza tempestuosa, ¿Y nosotros que? ¿Debíamos ser solo espectadores de como se lo lleva la corriente?
Nos queda; la satisfacción de haber sacado al animal de esa trampa, y el sabor amargo, la tristeza de contemplar la indiferencia en su más bajo nivel, los bomberos de Benavidez ni siquiera intentaron acercarse al perro, no esperaron ni un minuto en el lugar, para que los vecinos nos juntemos con intención de ayudar, en otras zonas hemos visto como han rescatado entre los vecinos y los bomberos, por ejemplo;
a un caballo. En Benavidez el animal no vale la pena, hay que dejarlo morir y de la peor manera. Nos sentimos muy doloridos.