Al ver esto, entonces quiere decir que la memoria no entra en actividad para nombrarlos, es una mirada clara, sin velos que impidan ver la pureza real de las cosas, existe una libertad total rodeada de inocencia. Al no mirar con la actividad de la memoria surge ALGO que se activa desde otro espacio de la mente, es un procedimiento diferente. Esa botella posada sobre la mesa, brilla como nunca antes, descubro su potencialidad, el color es de una intensidad bellísima, veo mis manos por primera vez, estoy conciente de todo, siento el tacto mientras acaricio la suavidad de esta hoja (que ahora seguramente estará transformada en la pantalla de su computadora) ingreso en el mundo de lo táctil y soy estremecido por el contacto con el papel. El Universo de mi realidad es transformado por el impacto revelador. Surge una iluminación espontánea.

Descubro que mirando con las imágenes creadas por el pensamiento no es la forma REAL de ver las cosas. Veo que nuestro pensamiento siempre se encuentra limitado por todos sus condicionamientos sociales. Amarrados a una forma de pensar no puede haber una ruptura para redescubrir esa forma revolucionaria de mirar la realidad que nos rodea.

Una mente pura pertenece a ella misma, se mueve sobre si misma, no se pliega a los demás pensamientos que llegan de todas partes. Es activada por otra realidad, una forma de NO PENSAR, sólo hacerlo para las cosas prácticas de la vida. No pensar por intermedio de otros pensamientos inculcados nos da una libertad que sólo puede ser experimentada cuando nos desprendemos de todo lo viejo. El pasado se disuelve y todo es NUEVO.

Todos los días comenzamos con una mirada despejada de otras ideas. Somos nosotros mismos ante la Realidad de la vida que nos rodea. Cuando queremos descubrir algo, no recurrimos a los demás, nos quedamos en silencio e indagamos por nosotros mismos. Una mirada desde la inteligencia pura nos entrega una herramienta revolucionaria para este mundo tan convulsionado. Esa forma de mirar, nos alcanzará la Paz que tanto necesitamos.