¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Sol Arrieta escriba una noticia?
"El hombre ha nacido libre y por doquiera se encuentra sujeto con cadenas."
Jean-Jacques Rousseau
Palabra que despierta los sentidos, que evoca la lucha y la igualdad, que carga las venas de una pasión irrefrenable, que impulsa a las piernas a correr solas por el aire, a caminar sobre una cuerda floja sin que el vértigo se nos meta en el estómago. Imagen impactante, algo dentro nuestro se retuerce y un grito aspira a salir, las endorfinas se alteran, nuestra creatividad vuela por un sinfínde posibilidades. Y nos quedamos dormidos.
La libertad, como la entiendo, es ese estado en que no dependemos absolutamente de nada, ni siquiera de nuestro propio cuerpo. A excepción de los muertos (y no tenemos información certera al respecto), dudo que alguien pueda alcanzarla en dicha acepción. Sin embargo, sí creo que se puede vivirmás librementede lo que creemos/ nos animamos.
Las cadenas, esas siniestrasmanipuladorasde vidas, están en nuestra mente mucho más presentes que en nuestra piel, desde el mismísimo momento en que empezamos aaprehender la cultura. En los primeros ojos que vemos, en la primer caricia que sentimos, en la mantita que nos arropa cuando dormimos. Claro, esas en apariencia son de lo más sanas.Y de repente pasa la vida, de un momento a otro las cadenas se hiper multiplican volviéndose de lo más variadas, a gusto del consumidor. Diversos colores, tamaños, presiones. Aunque, generalmente, para nosotros soninvisibles, por lo cual no luchamos contra ellas.
Hasta que llega un determinado momento en que nos paramos bajo una luz especial que hace que lo que no veíamos resplandezca, y las vemos. ¡Qué horror! ¡Estamos repletos de ellas!¡Estamos presos! Y queremos empezar a luchar, pero no sabemos contra qué o contra quién. Simplemente ahora tenemos una certeza:debemos hacerlo.
Caminamos, corremos, peleamos, pataleamos, lloramos, gritamos, nos autocompadecemos y finalmente aceptamos que, si"todo el mundo vive así, ¿porqué seríamos la excepción?" es simple: Porque no queremos. Porque por algo nos cuestionamos y deberíamos animarnos. Sí, podemos optar por el fácil camino de la resignación, pero nos estaríamos perdiendo de lo más importante que podemos llegar a conocer:nosotros mismos.
Todos en algún momento vivimos ese proceso de querer ganar labatallaentre lo impuesto y lo propio/desconocido. Pero sabemos que, como en toda elección, para ganar es preciso perder y muchas veces creemos que lo de afuera es tan importante, que si lo perdiéramos no seríamos nada. Tremendo error, y aunque nos cueste aceptarlo, esa necesidad de la otredad, también es impuesta. No hablo de autosuficiencias, hablo depaz interna. Unanoble verdaddel budismo apela al no apego, y creo que ese es uno de los medios para alcanzarla.
El miedo es una ironía. Un mal chiste que nos hacemos a nosotros mismos, una barrera que nos ponemos paraautoboicotearnos. Le tememos a la libertad por el desconocimiento, nunca fuimos libres, entonces, no sabemos de qué se trata. Y normalmente, lo que no entendemos, nos produce temor. Sin embargo, lo único que puede destruir esa sensación es la certeza de que libertad es sinónimo de paz.
"Correrán ríos de sangre antes de que conquistemos nuestra libertad, pero esa sangre deberá ser la nuestra."
Mahatma Gandhi